La compra, esa pesadilla diaria, o semanal, que nos viene a la cabeza cada vez que abrimos el frigorífico. No hay duda: por más que compremos de forma masiva una vez al mes siempre hay productos que hemos de reponer, sobre todo los frescos. Acudir a la tienda o supermercado más cercano es la mejor fórmula para abastecer la despensa, pero ahora nos están complicando un poco más el transporte a casa de nuestra compra. Está claro que la falta de bolsas de plástico en muchos establecimientos es una molestia, aunque también es un impulso a que facilitemos la conservación del medio ambiente y nuestra propia comodidad. ¿Acaso no ha sido siempre más cómodo hacer la compra colocando todos los productos en un carrito? ¿No es más sencillo transportarla sobre ruedas que llevándolos a mano? Entonces, ¿por qué habíamos desterrado al carrito de la compra de nuestras vidas?

la imagen que más nos viene a la cabeza cuando hablamos de carritos de la compra es aquel carro un tanto gris y anticuado que hace unos años llevaban nuestras madres cuando era más común ir al mercado que viajar en coche al centro comercial más cercano. Los carritos de la compra han sufrido una evolución abismal, tanto a nivel de prestaciones como de diseño, desterrando la imagen arcaica que quizá todavía tengamos de ellos. Basta con echar un vistazo al catálogo para darnos cuenta de eso: totalmente plegables para facilitar el colocarlos por casa, armazón ligero para que no pese en exceso, carritos de la compra decorados con imágenes divertidas y desenfadadas o asas extensibles para facilitar su transporte a cualquier persona, por ejemplo. Con estas razones no hay excusa para seguir pagando por las bolsas de plástico, pudiendo ahorrar tanto en dinero como en esfuerzo.

La próxima vez que toque hacer la compra pensad si verdaderamente merece la pena seguir acarreando con las bolsas en la mano, sobre todo cuando toque transportar lo que más pese. los carritos de la compra son la mejor alternativa, hay un modelo perfecto para cada persona.