La Navidad se acerca y con ella los regalos

Si hay una palabra que defina una mayor cantidad de estados de ánimo esa es sin duda Navidad, una fecha odiada por unos y amada por otros que, sin embargo, no deja indiferente absolutamente a nadie. Familia, amistad, amor, regalos… Las Navidades traen tantas cosas consigo que prepararse para ella es cuestión de tiempo: como todos sabemos empiezan casi dos meses antes de lo que dicta el calendario. Para la Lotería incluso antes, anuncian la Navidad ya desde el verano.

Los regalos son los que crean el verdadero conflicto de la Navidad. Muchos se escudan en ellos como una excusa para aislarse en estas fechas tan consumistas, en las que sólo los comercios se acaban beneficiando de la ilusión por las compras. Sí, es a ellos a quienes les fastidia en mayor medida que cada vez se adelante más el fin de año y también son ellos los que acaban criticando los adornos en las calles, los villancicos que se escuchan por la megafonía de los grandes almacenes y, en definitiva, aquellos que acuden a regañadientes a las cenas familiares. ¿Por qué tendríamos que alegrarnos sin motivo? Bueno, en el fondo siempre los hay. Quizá sea cierto que el materialismo nos haya inundado, pero también es cierto que los regalos de Navidad alegran la cara hasta del más hasta al más desilusionado. Sólo hay que acertar con lo que le gusta.

Regalos de Navidad para los niñosRegalos de la familia, regalos de los amigos, regalos del amigo invisible… A menudo parece que la Navidad sólo sea eso. Pero, como dirían aquellas personas que sí le ven el lado positivo a las fechas más controvertidas del calendario, las Navidades son mucho más que desgastar la tarjeta de crédito, argumentos que aumentan de valor con la crisis que tenemos encima. Quienes tenemos niños podemos encontrar en la Navidad una diversión constante con sólo verles la cara de ilusión con cada pequeño preparativo. El árbol, el belén o los adornos por toda la casa forman parte de los mejores recuerdos infantiles y, también, de la memoria los padres. Y quien no tenga hijos seguro que sí tiene sobrinos, primos o amigos con niños que le descubran que la Navidad no sólo son regalos, también es diversión y cariño por los que tenemos cerca. ¿Acaso olvidamos tan pronto nuestros recuerdos infantiles?

Queda poco más de un mes para que la Navidad nos envuelva con sus regalos. Y con muchas más cosas, sólo hay que abrir los ojos y dejarse llevar por el espíritu de quien más ilusión le pone a las fechas tan controvertidas. Una sonrisa acompañada de un «gracias» nos puede salvar de cualquier triste melancolía. Y no importará cuál haya sido el regalo, el verdadero detalle es compartir ese cariño que suele enfriarse por no cuidarlo. La Navidad no es una excusa para demostrarlo, pero bien puede ser un motivo.

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