Diario de una vida de perros: Reyes anticipados

stos humanos no tienen paciencia… ¿Te acuerdas de que ayer te comentaba que olía a regalos en el armario del dormitorio de mis dueños? Pues hoy ya tengo el mío, se ve que no han podido esperar y ya tenemos la casa escampada con el papel de regalo de dichos paquetes. Sí, a Orión le ha gustado más esparcir y romper todo ese papel que liarse a mordiscos con su enorme hueso de galleta…

Hablando de huesos de galleta… Me han regalado uno más grande que un Pekinés, si me muevo con él tengo que hacer verdadera fuerza para que no se me ladee la cabeza como un perro de esos de juguete que van en el maletero de muchos coches. Encima me han salido agujetas, porque desde ayer por la tarde he estado buscando el mejor escondite para guardar este hueso. Incluso salí al jardín a enseñárselo a Rodolfo, con lo que imagina el esfuerzo que he tenido que hacer para llevar y traer el enorme hueso de galleta. Aunque ya no tendré que esforzarme tanto, porque el hueso ha dejado de ser enorme. Sí, diario, ahora es grande. No, creo que empieza a quedarse pequeño…

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