yer probé una cosa que no había probado antes, diario, era algo realmente extraño. Sí, cómo explicarte… Es un amasijo dulce que se te pega a los colmillos como el barro del fondo de un charco que ya no tiene agua, y que se te queda atascado en la garganta necesitando de mucha agua para conseguir dirigirlo hacia el estómago.…
arece que ha llegado ya la temporada más loca de todo el año. Sí, ya sabes a cuál me refiero: a la Navidad. Y no es que vea a mis dueños excesivamente atareados entre compras, visitas de compromiso o jornadas de varias horas en la cocina, sino que los adornos y las luces ya se han hecho dueños de farolas,…
uánto tiempo sin escribir, diario, seguro que mañana tengo más agujetas en las patas que un Caniche tras su primera función de circo. Y es que realmente me ha costado poner mis patas de nuevo sobre ti, no es que me hayan pasado demasiadas cosas desde la última vez. Y la perreza también ha hecho de las suyas, he preferido…
Vaya accesorio para mascotas que os traigo hoy, si sois los dueños de una perrita seguro que esto os interesa. Y es que hay hay aspectos de la vida que sólo nos ocurren a nosotras, las hembras, por lo que también es lógico que existan unos accesorios para mascotas pensados para esos días señalados en el calendario de cada perrita.…
Como todos los lunes, es un día en el que comienzan muchas cosas, entre ellas la semana. Y dejando de lado los acontecimientos de los que no solemos hablar en este blog, sí que prestaremos especial atención a lo que destacamos, resumiendo todas las entradas anteriores en una sola para así aprovechar la lectura repasando sólo lo importante. ¿Y qué…
a vuelto a ocurrir lo del año pasado, diario, se ve que con la lluvia han aparecido unas plantas raras en el jardín que han ido asomando la cabeza hasta que, de la noche a la mañana, estaban completamente fuera de la tierra como por arte de magia. A ver, cómo se llaman… ¡Ah, sí, setas! Como te puedes imaginar,…
é días más aburridos he tenido, diario, no me entraban ganas ni de aporrearte con las patas. Imagina que tampoco me apetecía salir de paseo, más que nada porque odio mojarme por obligación. Así que, ¿qué se puede hacer estando encerrada en casa y sin poder apenas poner una pata en la calle? Dormir y hacer el perro, por supuesto,…