Todo evoluciona tan rápido que nada nos parece raro, casi se hace común la peculiaridad. El mundo de las mascotas no es ajeno a esta tendencia y poco podíamos pensar en lo mucho que iba a extenderse la categoría de «animales de compañía«. Seguro que cuando a alguien se le ocurrió adoptar a una serpiente o a una tarántula todos le tomaron por loco (ganando una inmejorable excusa para no volver de visita) y hoy en día es algo tan común que hay quienes pasean iguanas por la calle o hurones amarrados por su respectivo collar y correa. El término «mascota» ha evolucionado tanto que puede englobar a casi cualquier animal. No, las personas no cuentan.
Las serpientes, los lagartos o las arañas resultan ya demasiado comunes. Las especies más exóticas se llevan la palma convirtiendo a su dueño en otro «exótico». Aunque no es la única mascota que se adquiere cuando se toma la decisión de comprar uno de estos animales, ya que también entran en el saco los insectos o ratones que les servirán de alimento. Se distingue a los poseedores de las arañas por el sonido de los grillos que las alimentan, todo un concierto campestre cuando cae la noche. Por no hablar de la mala sensación que dan los ratones con los que se alimentan a las serpientes. Quizá la Diana de «V» resultara sensual, pero dar de comer a una serpiente no lo es tanto.
¿Y qué decir del cerdo vietnamita? George Clooney lo puso mundialmente de moda y no hay nadie que no hiciera unos chistes sobre este tipo de mascotas. Que si el dueño siempre acaba pareciéndose a su mascota, que si después siempre te queda el embutido… Vaya, que los cerdos vietnamitas son verdaderamente exóticos, casi tanto como el dueño que se empeña en tener uno. Seguramente no sea una de las mascotas más recomendables para tener en un piso, pero sí hay algo seguro: será el foco de las miradas cuando su dueño lo saque de paseo. ¿Alguno lo atará con longanizas?
Los insectos también pueden convertirse en una mascota, no sólo en alimento. En Japón es algo muy común el coleccionismo de todo lo que tenga que ver con escarabajos gigantes, también tener a un escarabajo como animal de compañía con el que, además, se hacen batallas. Las carreras de caracoles ya pasaron a la historia, ahora es mejor tener un escarabajo como mascota. Y tiene sus ventajas, ya que no da mucha guerra, puedes hacer batallas y es perfecto para los niños. Casi como un Pokémon.
Cualquier animal puede convertirse en mascota siempre que esté bien cuidado y no dé problemas ni a su dueño ni a los que le rodean. Poco a poco, la industria de las mascotas va evolucionando para adaptarse a sus nuevos integrantes y si hoy resulta común ver perros vestidos a la moda, pronto pasará lo mismo con las arañas. Eso sí: a ver quién es el primero que le enfunda el traje…
Imagen Wikipedia.
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