Todos buscamos distinguirnos del resto, encontrarnos especiales dentro de lo común. Nuestra mascota es algo que nos diferencia, ya que con ella no sólo buscamos entregarle nuestro cariño sino, también, extender nuestro carácter haciéndonos más visibles para el resto de la comunidad. Sin llegar a ser excesivamente materialistas, es cierto que las joyas también distinguen a nuestra personalidad cuando acertamos a llevarlas puestas con estilo y lo mismo ocurre con nuestra mascota, fiel reflejo de nosotros, que también destaca cuando luce algo especialmente diseñado para ella, algo que la embellece aún más de lo que en sí misma ya lo es para nosotros.

Si decimos «joyas para mascotas» puede que nos imaginemos al típico osito de oro colgando del cuello de nuestro perro, pero los tiros no van exactamente por ahí. Aunque sí que existen joyas clásicas del estilo que llevaría cualquier persona, las ideales son las que realzan el carácter del animal que las luce con orgullo, aquellas que combinan con el collar y la correa y que, además, están pensadas para que a la mascota no le resulte molesto el acarrear con ellas. Es evidente que tampoco va a llevar anillos ni pulseras, ni va a necesitar un reloj para saber cuándo es la hora del pienso, así que las joyas para mascotas se centran en el cuello en forma de gargantillas, complemento perfecto al collar que, incluso, pueden llegar a sustituir.

¿Nuestra perrita es coqueta? Perfecto, una cadena a la medida de su cuello con un remate en forma de lazo decorado con cristales similares a los de Swaroski puede ser lo más ideal. ¿Es un perro? No hay problema, un pequeño collar con tira de colores del que pende un colgante con forma de cono de helado, tan simpático como distinguido. Como veis, las posibilidades pueden ser muy amplias, cada carácter dispone de varias joyas acordes con él, todas elegantes, sin llegar a ser excesivas y, sobre todo, bastante asequibles, que darán a nuestra mascota un aire distinto. Eso sí: sólo aptas para aquellas que admitan llevarlo puesto. Si no, tendremos que esperar a que acaben con la digestión para recuperarlas.