Las feromonas
Un estudio realizado usando feromonas en las Puppy parties y clases de cachorros demostró que aquellos cachorros que habían sido expuestos a DAP (dog appeasing pheromone) mostraban con diferencia menos reacciones de miedo y ansiedad que los que pertenecían al grupo placebo (Denenberg anda Landsberg, 2008). Entre los cachorros tratados con DAP se daban ratos de juego e interacción social de mayor duración, además de que el seguimiento telefónico de estos cachorros ponía de manifiesto una socialización más rápida y efectiva y una mejor adaptación a nuevos ambientes que los pertenecientes al placebo.
Lo que se enseña en las clases de socialización
1. No pegar ni castigar físicamente al cachorro. De esta forma sólo conseguiremos que el perro nos tenga miedo y pierda la confianza en nosotros. Hay que estimularlo siempre positivamente. Por supuesto habrá perros que aprendan las cosas en 1 día y otros en 1 semana, esto depende del carácter de cada uno y de nuestra paciencia. Además, así estimularemos en él la agresividad.
2. Reforzar SIEMPRE los buenos comportamientos, aunque nos resulte ridículo, con mucha fiesta y estridencia, además de con trocitos de comida que le resulte muy apetitosa. A mejor cumplimiento, mayor premio. No nos creamos que el perro sólo va a cumplir cuando le demos comida. Progresivamente iremos retirando este premio para sustituirlo por una palabra agradable. Los malos comportamientos tendrán como resultado la retirada de nuestra atención.
3. Empezar lo antes posible con la enseñanza de la eliminación adecuada. Utilizaremos igualmente el refuerzo positivo. Recordamos que anteriormente hemos indicado que el cachorro desarrolla sus preferencias por un sustrato y un lugar para la eliminación alrededor de las 9 semanas, aprovechemos esto.
4. Iniciar también lo más pronto posible la socialización. Hemos de poner en contacto al cachorro con todo lo que va a ser su mundo de adulto, para luego evitarnos sorpresas. Hay que enseñarle a las personas, otros perros, otros animales, los ruidos, la calle, el tráfico, el paseo con correa, el paseo en coche, el campo, la playa, los niños, las bicicletas, etc., etc., etc. Recuerda que cuantos más estímulos conozca, más equilibrado será.
5. Hay que practicar también en este periodo los hábitos de higiene. El baño, el cepillado, la higiene dental y auditiva, el corte de uñas, el corte de pelo, todo lo que suponga una manipulación del animal tiene que ser para él una experiencia agradable, no un trauma. Esto se consigue mediante habituación progresiva y refuerzo positivo. Así también le enseñaremos a llevar su collar y a que se deje ponérselo estando tranquilo y sentado, sin dar saltos.
6. La inhibición de la mordida es muy importante. El cachorro debe entender que sólo puede morder sus juguetes, no debe morder patees del mobiliario ni nuestras manos o ropa. Es muy importante que los niños se impliquen en estos ejercicios, ya que son frecuentemente los que más sufren los mordiscos del cachorro. Los juguetes del perro no deben estar esparcidos por la casa a su disposición, sino guardados, y sólo se le proporcionarán en los ratos de juego, que deben repartirse a lo largo del día, y utilizarse para las enseñanzas. Debemos hacer de nuestra casa una casa a prueba de perros, es decir, no dejar por medio nada que el cachorro pueda coger y morder, destrozar o tragar.
7. Los comportamientos erróneos deben corregirse siempre en el mismo momento. Si no lo hemos visto, no podemos corregirlo.
8. Podemos empezar con el adiestramiento básico del cachorro. Enseñarle a cumplir las ordenes básicas, como sit, platz, junto, quieto, nos ayudará a tener un control sobre el animal en el momento que lo necesitemos, y nos permitirá establecer con él la jerarquía familiar, en la que todos debemos estar por encima del perro. La forma de conseguir esto es hacerlo cumplir las órdenes básicas siempre que quiera algo de nosotros. Por ejemplo, al ponerle su comida debe sentarse primero, al igual que para salir de paseo, para los hábitos de higiene, etc. Así fomentaremos la tranquilidad en el cachorro, y no el nerviosismo y la hiperactividad. Debemos establecer también un control mediante la comida. Las horas de la comida deben ser fijas, así como las del paseo, y deben tener una duración límite, haya comido o no.
9. Sacar a pasear a nuestro perro varias veces al día, que tenga contacto con el exterior, y proporcionarle sesiones de juego. Esto es muy importante para su socialización y para su bienestar. Los juegos que más lo estimulan son el traer la pelota, el escondite, la presa…
10. Por último, es muy importante enseñar al cachorro a estar solo. Debemos hacerlo de manera progresiva, no traumáticamente. Incluso si estamos en casa, tenerlo durante periodos cortos y cada vez más prolongados separado de nuestra presencia. Practicar también las salidas de la casa sin él para que vea que si nos vamos, siempre volvemos.
Si tenéis cualquier duda u os apetece formar parte de mis Puppy Parties, no dudéis en poneros en contacto conmigo o dejar un comentario en este artículo o en el muro de Facebook.
Autora: Rosana Álvarez, Etóloga Veterinaria.