El postre suele ser lo más esperado de cualquier sobremesa, siempre hemos de procurar que los invitados se reserven un buen espacio en su estómago para sorprenderles con una receta dulce que, sin que llegue a empalagar, sí que resulte deliciosa. Y seguro que todos coincidís en que nuestro postre de hoy reúne todas esas cualidades: Tiramisú. Esta es una receta clásica italiana que tiene al queso Mascarpone como principal protagonista, siendo tan fácil de preparar que seguro que os sorprende en relación con el resultado. ¿Ya os he abierto el apetito? Pues esperad a hincarle la cuchara, es uno de los postres más deliciosos que existen.

Tiramisú.

Dificultad: fácil.
Tiempo de preparación: 1 hora.

Ingredientes para diez personas.

• 120 gramos de azúcar.
• 3 huevos.
• 500 gramos de nata para montar.
• 1 paquete de soletillas o bizcochos de cuchara.
• 200 gramos de queso Mascarpone.
• 1 taza de café soluble.
• 70 gramos de cacao en polvo.
• Un poco de Amaretto o Disaronno.

Preparación.

Ponemos a hervir la mitad de la nata en un cazo al fuego con la mitad del azúcar. Mientras, batimos en un bol con las varillas manuales las yemas de los huevos con el resto del azúcar hasta que cojan un tono blanquecino. Incorporamos la nata ya hervida, removemos y pasamos toda la mezcla al cazo, cociendo al fuego durante dos minutos sin que llegue a hervir (crema inglesa). Reservamos en la nevera.

Calentamos una taza de agua con una cucharada de café soluble, dejamos templar y le añadimos el licor Amaretto o Disaronno según nuestros gustos. Después, preparamos la fuente en la que haremos el Tiramisú. Una vez escogida, colocamos una capa en el fondo con las soletillas o bizcochos de cuchara procurando que queden apretadas y, con ayuda de un pincel, pintamos toda esa capa de bizcocho con la mezcla de café y licor.

Ahora toca terminar el relleno del Tiramisú. Para ello, montamos las claras a punto de nieve con ayuda del batidor eléctrico y también el resto de la nata, siempre en bols diferentes. Después, incorporamos el queso Mascarpone a la crema que teníamos reservada en la nevera y hacemos lo mismo con la nata montada y las claras a punto de nieve, mezclando todos estos ingredientes con sumo cuidado para que se bajen lo menos posible. Para terminar, colocamos la mitad de esta mezcla en la fuente sobre la que extendimos las soletillas y repetimos la operación con una nueva capa de estos bizcochos pintándola posteriormente con el licor y el café, rematando con el resto del relleno de Tiramisú. Espolvoreamos la parte superior con el cacao en polvo y dejamos reposar en la nevera durante 5 horas como mínimo.

Montaje del plato.

Colocamos una porción de Tiramisú en el plato, espolvoreamos con un poco de cacao en polvo y decoramos con unas hojas de menta.

Observaciones.

-En muchas recetas de Tiramisú veréis que se mezclan las yemas de huevo en crudo con el Mascarpone y la nata. Tened mucho cuidado, yo no lo aconsejo. La yema cruda podría causar problemas y se ha de consumir rápidamente. Por eso, os propongo el primer paso, de esa manera la yema queda cocida, evitamos intoxicaciones y el Tiramisú aguantará más días fresco.
-Siempre que queráis montar la nata hay que tener en cuenta que debe de estar muy fría. Y si además colocáis el bol donde vayáis a montarla en el congelador, muchísimo mejor.
-Para que la nata monte bien, en el envase tiene que marcar que lleva un mínimo de 35,1 % de materia grasa.
-Si no tenemos licor de Amaretto o Disaronno podemos sustituirlos por uno que se le parezca.
-También se puede sustituir el queso Mascarpone por el queso blanco de untar estilo Philadelphia, aunque se pierde el alma del Tiramisú. Además, el queso Mascarpone con el que se elabora el Tiramisú se puede encontrar ya en casi todos los supermercados.
-Os aconsejo que elaboréis el Tiramisú un día antes de consumirlo, así no correréis el riesgo de que se os desmonte.

Esta receta del menú semanal está patrocinada por la sección de cocina de Cosas de Regalo. ¿Quieres prepararla de una manera aún más sencilla? Utiliza nuestros accesorios de menaje.