Dependiendo de lo lejos que esté vuestra familia, esta Navidad os tocará desplazaros en mayor o menor medida. Ya lo cantaba la mítica marca de turrones: hay que volver a casa para ver a la familia, convirtiendo los viajes en una peregrinación de vuelta al hogar. ¿Cómo acostumbráis a viajar vosotros? Si no tomáis el coche, que es algo que recomendamos, seguro que la elección es decantarse por los aviones; o por el tren y autobús en el caso de que el trayecto no sea exagerado y queráis ahorrar unos euros. ¿También queréis viajar descansados? Os proponemos un accesorio que os resultará imprescindible para acomodar la cabeza: una almohada de viaje con capucha. Sí es la típica almohada que se sujeta al cuello para así apoyar las cómodamente la cabeza. O no, que de típica no tiene nada.
Vale que se le esté poniendo capucha a casi cualquier prenda de ropa (los calzoncillos con capucha, que los inventen ya), pero eso no implica que deje de sorprendernos ver a ese elemento en una almohada de viaje. Porque, al fin y al cabo… ¿No nos ponemos la almohada para descansar durante los grandes trayectos? Pues ahora imaginad que os aisláis del ruido de la turbina echando una cabezada con la almohada alrededor del cuello y la cabeza cubierta. Tranquilidad, intimidad, quietud, calidez… Y con el tacto suave que ha de tener un accesorio dedicado al descanso.
Esta almohada de viaje posee tela de poliéster para el exterior estando rellena con bolitas de poliestireno, ofreciendo un tacto confortable mientras se muestra mullida y cómoda. Tenemos dos modelos disponibles: una almohada de viaje en color gris y otra almohada que apuesta por el negro, siendo ambas igual de confortables. Y disponiendo de un pack de pegatinas con el que darle un aire muy personal. ¿Que no queréis que la azafata os moleste? Hay una apropiada pegatina con un «Do not disturb».
Que no os pille la incómoda tortícolis viajera: aprovechad para equipar vuestra maleta con la almohada de viaje con capucha. No seréis capaces de volver a viajar sin ella.