El Bull Terrier tiene un claro origen británico, descendiente de las razas de perros que se empleaban desde la Edad Media en la lucha contra el toro y otros tipos de peleas, de ahí su nombre. Fue a mediados del siglo XIX cuando se creó la raza Bull Terrier como tal, fruto del esfuerzo de James Hinks como criador por seleccionar los ejemplares hasta mostrarlos en sociedad como una raza delimitada por las características físicas que le han hecho destacar hasta nuestros días.
En el aspecto del Bull Terrier destaca poderosamente su cabeza, con un hocico alargado claramente diferencial. Su cráneo es largo y ancho con una forma parecida a la de un huevo, ojos estrechos, triangulares y oblicuos, orejas pequeñas y erectas colocadas muy juntas en la parte superior de la cabeza y, como ya hemos dicho, un hocico ancho y largo rematado por una trufa de color negro. El cuerpo del Bull Terrier es de tamaño mediano y fuerte musculatura, con una altura a la cruz de algo más de medio metro con un peso aproximado entre 25 y 30 kilos. Las extremidades del Bull Terrier son paralelas y fuertes, con unos pies redondeados y una cola mediana que mantiene en horizontal en estado de alerta.
El carácter del Bull Terrier es familiar y devoto de sus dueños, con una curiosidad innata que le hace descubrir el mundo con la ilusión y novedad de un cachorro. Tozudo y obstinado por naturaleza, el Bull Terrier puede ser complicado de llevar en el caso de que tengamos niños en casa, ya que tienen tendencia a no soportar las bromas o el maltrato propio de los más pequeños. Extremadamente juguetón, el Bull Terrier muerde todo lo que tiene a su alcance, por lo que conviene mantener alejados las zapatillas y demás objetos que pueda encontrar por el suelo, asegurándonos de que tiene a punto sus propios juguetes.
Los cuidados del Bull Terrier no son demasiado exagerados ya que, al tener un pelo corto y duro, el cepillado no ha de ser tan frecuente ni dedicado. Con unas necesidades energéticas altas, es necesario sacarle frecuentemente para agotarle y prevenir futuras travesuras dentro de casa. El Bull Terrier no acusa de trastornos genéticos, siendo la sordera una enfermedad con relativa frecuencia en esta raza de perros, así como cierto tipo de hernias o acrodermatitis. La experiencia de vida del Bull Terrier está entre diez y doce años.
Referencias: Wikipedia, Mundo Animalia.
Estoy de acuerdo en todo menos en esto «el Bull Terrier puede ser complicado de llevar en el caso de que tengamos niños en casa, ya que tienen tendencia a no soportar las bromas o el maltrato propio de los más pequeños.»
Es todo lo contrario, los bull terriers son cuidadosos con los niños, e incluso dicen que son perros buenos para estar con niños, en inglaterra les llaman niñeras jajaj (:
Bueno por lo demas esta todo muy bien 😀