Los perros ancianos también merecen vivir su final, parte 2

Parte 1

Los perros ancianos merecen un final digno

¿Cómo podemos saber que nuestro perro entra en la edad crítica? Los perros llegan a la edad senior a una edad determinada según razas. Las razas pequeñas a los 8 ó 9 años, las medianas a los 7, las grandes y maxi a los 5. Yo recomiendo hacer un chequeo al perro cuando alcanza este umbral. Con una analítica de sangre y una radiografía podemos controlar su estado general y ver si empieza a haber alguna alteración. No es demasiado difícil ni demasiado caro. Además, seguro que su clínica veterinaria le ofrece pagar en cómodos plazos.

Si el chequeo geriátrico es normal, seguimos adelante tranquilamente y sabiendo que nuestro perro está feliz y sano, y que hemos hecho lo correcto. Si algún parámetro está alterado podemos empezar a tratar a tiempo. Y aún siendo todo normal podemos usar la prevención a partir de esas edades: antioxidantes, ácidos grasos esenciales, protectores del cartílago articular, dietas específicas, etc. Seguro que su veterinario le dará las claves para una mejor calidad de vida de su perro. Como siempre digo, podemos y debemos actuar siempre desde la prevención.

Los perros ancianos merecen un final sin eutanasiaBien, y en caso de que no hagamos esto ¿cómo podemos saber que a nuestro perro le pasa algo? Tengo que decirles que los perros son más duros que una roca, no tienen por qué quejarse si les pasa algo. Ayer vi un caso de un Bull terrier que se fracturó un fémur de un salto para saludar a su dueño, increíble. Pero más increíble es que al día siguiente, con su clavo intra medular, sus cerclajes sujetando la fractura y sus fijadores externos, ya estaba apoyando con esa pata, y después de 3 horas de cirugía traumatológica. Había que verlo corriendo y llevándoselo todo por delante con los hierros. Estos son casos extremos, algunos perros sí se quejan por dolor, pero los que no lo hacen y aún los que sí, manifiestan cambios en el comportamiento. Esto es lo que su dueño puede advertir. A veces es demasiado tarde, y otras veces no hacemos caso, la típica frase: “bueno, ya lo llevaré mañana”. He visto muchos perros ciegos por el “ya lo llevaré mañana”. Sin embargo la mayoría de las veces se puede hacer mucho. ¿Cuáles son estos posibles cambios de conducta?:

  • El perro deja de comer.
  • Está más tiempo tumbado.
  • No juega como antes.
  • Intolerancia al ejercicio.
  • Ahogos, respiración pesada o abdominal, desmayos.
  • Cojeras.
  • Incoordinación, desorientación.
  • Vuelta atrás en el aprendizaje de la eliminación: se hacen sus cosas en casa.
  • Agresividad.
  • Mayor dependencia del dueño o por el contrario demasiada independencia.
  • Desarreglos en el ciclo sueño-vigilia.
  • Mal aliento, trastornos gastrointestinales.
  • Destrozos y vocalizaciones al quedarse solo en casa.

Estas son algunas de las muchas señales que ellos nos envían y que a veces no sabemos interpretar ni sus dueños, ni sus veterinarios. Estos problemas de conducta pueden ser el reflejo de alteraciones orgánicas o del propio comportamiento. Se impone primero descartar lo orgánico, como ya expliqué. En los perros viejos hay muchas patologías que pueden ocasionar todos estos cambios en la conducta normal del animal: hormonales, digestivos, cardiacos, respiratorios, óseos, oncológicos, renales, hepáticos y un largo etcétera. Nuestro veterinario es el que debe detectarlo con las pruebas necesarias. Sin embargo, existe un trastorno específico de la edad senil, muy difícil de reconocer y que fácilmente se confunde con otros problemas de comportamiento por errores en el diagnóstico, es el Síndrome de disfunción cognitiva. Se trata de una degeneración neuronal que hace que el animal pierda la capacidad cognitiva normal, por eso provoca alteraciones en el comportamiento como algunas que he reseñado en la lista anterior. Es una patología que no tiene solución pero que sí se puede frenar en su progreso con distintas actuaciones a varios niveles: comportamental, médico y dietético. Sobre esta enfermedad en concreto hablaré en otro artículo más adelante, por lo que se lo dejo como otro problema más a reconocer en esta edad tan complicada. Sólo les avanzo para que se hagan una idea que se asemeja al Alzheimer en humanos.

Para finalizar quiero agradecerles que me hayan leído, escribir hace que te sientas mejor y hoy lo he conseguido de nuevo. Este artículo se lo dedico a todos los perros que nos dan su vida y nos acompañan sin quejarse, a los dueños que a partir de ahora van a mirar a sus viejecitos con otros ojos y a los profesionales que buscarán las mejores soluciones para estos complicados casos.

Autora: Rosana Álvarez, Etóloga Veterinaria.

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