Aunque parezca que las labores de costura están pasadas de moda, la cantidad de gente que se inicia en ellas indica que no es así, siendo este tipo de manualidades muy demandadas por la gente joven que descubren en ellas una manera de acabar con el estrés y, por qué no, con el aburrimiento. Bordados, punto de cruz, arreglos de ropa, muchos son tipos de costura, pero todos comparten algo: sus utensilios. Telas, agujas, hilos… Muchos materiales que resultarían peligrosos si no se mantuvieran perfectamente organizados. Y aquí entran en juego los costureros, siendo, como su propio nombre indica, el mejor aliado de la costura.
Costureros hay de muchas clases. Dependiendo de nuestra colección de utensilios de costura elegiremos un tamaño u otro ya que, como todo objeto destinado a guardar algo, el costurero nos será más útil si tenemos espacio suficiente como para organizar perfectamente todo lo necesario para la costura. Generalmente equipados con cajones y diferentes estantes para separar los hilos y las agujas, los costureros se presentan construidos en diferentes materiales, como los clásicos de madera o los más modernos en aluminio y acrílico. Estos últimos tienden un puente entre el diseño moderno y una labor tan ancestral como es la costura, revolucionando el mundo de los costureros con materiales actuales y una forma de organizar más meticulosa, con estantes abatibles que se despliegan como un acordeón al estilo de cualquier caja de herramientas, manteniendo a raya el desorden en el mínimo espacio.
Varias son las opciones a la hora de elegir costurero, pero siempre hay que tener en cuenta nuestras necesidades. Dependiendo de la labor de costura que realicemos necesitaremos mayor cantidad de agujas e hilos, siendo un verdadero caos si cualquiera de los costureros en los que confiamos no nos da la opción de organizarlo todo correctamente. Y desenredar los hilos es una tarea más ardua que la propia costura.