ué tarde me tiré ayer con Rodolfo, diario, acabamos ladrando hasta de cómo viven los perros en la ciudad. Y no es que fuera un tema del que conozcamos demasiado, ya sabemos que allí viven más o menos igual que aquí. Lo que nos llevó a los perros de ciudad fue el hecho de las carreras matutinas. Según dice Rodolfo, en la ciudad resulta bastante habitual que eso ocurra, y muchos dueños salen a correr llevando a su perro de la correa. Incluso suelto. O en bicicleta… Sólo falta que también los saquen a pasear en coche, llevando la correa por la ventanilla…
Bueno, ya sé que es exagerado, pero es que hay dueños que se van de un extremo al otro: o se mueven menos que un San Bernardo echando la siesta o no paran quietos, como un Chihuahua harto de café. Y hablando de deporte… Rodolfo me comentó que a él le sacaban a correr cuando era un cachorro, entrenándole para su futuro trabajo de perro policía. Desde esa época, siempre le ha gustado practicar ejercicio junto a su dueño. Aunque claro, el dueño de Rodolfo no está ahora para muchos trotes, hace bastante tiempo que ambos no salen a echar unas zancadas por el barrio.
Le dije que podía irse con mi dueño. Pero claro, no es algo que los dos podamos elegir. Ni siquiera yo: creo que se ha dado por vencido con el deporte. Sí, Orión y yo hemos descansado esta mañana. Mi dueño también, creo que es mucho más feliz yendo sólo caminando…