En todas las familias suele ocurrir este momento: las circunstancias nos empujan a compartir la vida con una mascota, eligiendo un perro como la mejor opción para dar y recibir todo el cariño que necesitamos. Pero, ¿dónde adquirirlo? Las tiendas de mascotas suelen ser la primera idea, sobre todo si tenemos en mente a una de tantas razas caninas. Aunque existe una mejor opción que esta, una manera de darle otra oportunidad a un animal que la merece más que nadie: acoger a uno de tantos perros en adopción que se encuentran huérfanos de familia. ¿No deberíamos devolverles el cariño que la vida les ha despreciado?
Perros en adopción existen en todas las ciudades y en casi todos los pueblos. Por desgracia, hay muchas personas que se deshacen de sus mascotas por cualquier motivo, normalmente todos superfluos, y siempre deberíamos acoger a estos animales antes que desembolsar una buena cantidad de dinero por cualquier otro. Desde luego, no es una cuestión económica, sino de humanidad. ¿No se merecen los perros de adopción un mejor futuro que la calle, una perrera o, en el peor de los casos, el sacrificio? Quizá suene dramático, pero la realidad suele convertirse en eso.
Los perros en adopción son igual de atractivos, cariñosos, inteligentes, simpáticos y guardianes que cualquier otro perro, incluso los de raza. Nos tomarán como parte de su familia de la misma manera que lo haría cualquier otro, regalándonos tanto o más cariño que cualquiera. ¿Por qué no decantarnos por uno de tantos perros en adopción que necesitan de nuestra ayuda? Haremos un triple beneficio: a nosotros mismos, a las protectoras de animales que se ven incapaces de acoger a un número creciente de perros en adopción y a los propios perros, siendo estos los que, sin duda, menos han hecho por merecerse su cruel destino.