Parece que el adiestramiento de perros se ha hecho tan popular que le dedican programas de televisión con bastante éxito, en el que tratan de manera milagrosa ciertos aspectos descontrolados de las mascotas. Puede parecer que el adiestramiento es una solución mágica para mejorar el comportamiento de nuestro perro, pero su carácter es tan variado como el de las propias personas humanas, dependiendo también de la raza, verdadero condicionante de cómo vaya a comportarse. Así, si bien existen razas caninas más aptas que otras para el adiestramiento, la quietud y docilidad de otras consiguen una mayor obediencia al dueño sin que este necesite personas ajenas a la propia familia. Los perros siempre son un reflejo de los amos, por lo que si presentan un mal carácter siempre será, en parte, causa de quien los cuide.
El adiestramiento es obligatorio para aquellos perros que deban ejercer una función específica, como los guía o los que se dediquen a la seguridad, pero tampoco está tan orientado a aquellos animales que sean estrictamente de familia. Los dueños son responsables del carácter de sus perros y han de ser consecuentes con su educación para que el carácter de las mascotas no se desmande. Igual que si educáramos a un niño, así es el adiestramiento. Existen muchos patrones de comportamiento basados en el sentido común que conseguirán que nuestro perro goce de equilibrio mental y físico, acatando las normas de la sociedad en la que vivimos todos. ¿Cuántos de nosotros no hemos estado impactados con ciertas noticias protagonizadas por perros a los que se les ha tildado de «violentos»? Culpa de los amos, eso es evidente, pero también debemos de pensar que, como en las personas, hay determinados caracteres con mayor tendencia hacia lo negativo. Si nuestro perro se nos va de las manos deberemos de acudir a un profesional del adiestramiento, jamás debemos continuar con su educación si nos vemos incapaces de controlar comportamientos peligrosos.
La educación es fundamental es nuestro perro, no debemos de confundirla con el adiestramiento aunque, en cierto modo, se parezcan. Informarnos sobre cómo evitar ciertos patrones inherentes a la raza que adquiramos es siempre una gran idea, así como mantenernos firmes en el propósito de darle a nuestro perro la mejor educación: aquella que se base en el respeto y buen comportamiento. Eso sí: si creemos que necesita adiestramiento es imprescindible empezar cuanto antes. Con el tiempo, se irá haciendo más complicado evitar las conductas indeseadas.