Diario de una vida de perros: un misterio profundo

igue el misterio del agujero, diario, ni sé cómo ha aparecido en el jardín ni quién o qué ha podido hacerlo, lo único que queda claro es que acabó lleno de agua debido a toda la lluvia que cayó hace dos días. Pero fuera de ahí nada, lo mismo puede haberlo cavado un topo que Rodolfo tras haberse colado en nuestra casa. Lo cual es bastante improbable, pero si tenemos en cuenta lo que pasó el año pasado por estas fechas…

Todavía recuerdo la sorpresa que me preparó Rodolfo por Halloween y cómo acabó tomándome el pelaje con la ayuda de todos nuestros amigos. Y nadie puede decir que ahora no esté ocurriendo exactamente lo mismo y este agujero sea sólo parte de una broma. Porque muchas explicaciones más no hay. ¿O acaso los agujeros surgen tan espontáneamente como las pulgas? Claro que no, todo procede de algún sitio. Incluso las pulgas.

Tengo que seguir investigando, al final volverá de nuevo la lluvia borrando las pocas huellas que hayan quedado del culpable. Aunque pocas huellas quedan ya, si es que alguna todavía sobrevive: a Orión le gusta tanto chapotear en ese charco que hay más pisadas en el barro que ladridos en una noche de luna llena…

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