Diario de una vida de perros: Hielo y patinaje

o sabes cómo son de frías las mañanas últimamente, diario, se te quedan tiesos hasta los pelos de debajo de la cola. Incluso aunque la lleves entre las patas, imagina. Y si hablamos de patas… tengo que contarte lo que nos ha pasado esta mañana a la hora del paseo. ¡Nos hemos caído los tres al suelo! Sí, diario, Orión, mi dueño y yo. Como si fuéramos unos Caniches ensayando un número de circo…

Seguro que te preguntas cómo una perrita tan equilibrada y segura de sí misma como lo soy yo, tu Chic, se ha caído saliendo de paseo… Pues te lo diré: con la acera. Sí, parece raro, pero es que se ha helado después de quedar mojada por la humedad de la noche, estando más resbaladiza que una pastilla de jabón en la boca de un Mastín.

Mi dueño nos sacaba a Orión y a mí de paseo, pasó sin darse cuenta por el tramo de acera que resbalaba, se fue al suelo de repente y nosotros, como íbamos sujetos por la correa, fuimos tras mi dueño, acabando en el hielo y haciendo patinaje con la panza. La verdad es que ha sido divertido, pero sólo cuando lo piensas después. Porque esta mañana no lo fue tanto, llegamos a casa tan helados que los tres nos pusimos delante de la estufa y no salimos hasta una hora más tarde. De hecho, yo misma me vuelvo ahora, que parece que Orión me ha robado el sitio…

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