ace unos días que veo algo extraño cuando salimos de paseo matutino, diario. Y no, no pienses que empiezo con mis misterios de Halloween, sólo es un comportamiento que no acabo de entender en los humanos. ¿Cuál es? Sí, sabía que te acabaría entrando la curiosidad… Pues la manía de correr por gusto. Seguro que piensas que, en el fondo, también los perros lo hacemos, pero es que nosotros tenemos una motivación: comer. ¿Acaso la comida no se consigue corriendo?
Últimamente, siempre que salimos por la mañana, cuando aún no ha aparecido ni siquiera el sol, vemos a un humano pasar corriendo por delante de casa, medio desnudo, mientras va escuchando música por un cacharro que lleva cogido al brazo. Sí, así de raros son los humanos: no tienen bastante con estar corriendo hacia ninguna parte, encima lo hacen tratando de dar envidia al resto de personas. Ya sólo falta que a mi dueño le diese también por salir a correr todas las mañanas, porque suele intercambiar unas palabras con el corredor matutino cada vez que nos crucemos con él y van orientadas en ese sentido. ¿Te imaginas que saliera a correr estirando de Orión y de mí? Seguro que le tumbábamos antes de doblar la primera esquina, hace menos deporte que un perro en una carnicería. Y yo soy una atleta. Sólo me ha faltado ganar unas medallas…
One thought on “Diario de una vida de perros: carreras de buena mañana”