Diario de una vida de perros: diversas formas de ver el clima

odolfo y yo hablamos ayer del tiempo y de lo que implica para nosotros, los perros, llegando a la conclusión de que nos afecta tanto porque estamos viviendo junto a los humanos. Según él me explicó, nuestro pelaje está adaptado a todos los climas de los que somos naturales. Pero, al existir algunas razas mejores que otras para determinadas tareas, hemos acabado en lugares a los que no correspondemos casi por capricho. Y si no que se lo digan a ese San Bernardo viviendo junto a la costa en verano…

Es cierto que quizá sea exagerar un poco, diario, ya que todos sacamos provecho de la situación. Los dueños encuentran en sus perros una fuente inagotable de cariño y compañía, mientras que las mascotas reciben lo mismo, además de algo muy importante: el alimento. Sí, no hace falta ser un Caniche listo para darse cuenta de todo esto. Además, como dijo el propio Rodolfo, nos hemos ayudado mutuamente a soportar todos los climas: desde el calorcito que damos cuando nos subimos a las piernas en invierno a los cortes de pelo que aligeran nuestro calor en verano, todo es cuestión de intercambiar. ¿Qué sería de perros y dueños si no caminásemos juntos?

Por lo que a mí respecta, puedo soportar este frío de otoño aunque mi cuerpo no esté aún preparado para él. Al fin y al cabo, para volver al calor hay que pasar primero por el otro extremo. ¿No?

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