i antes lo ladro antes me ocurre. ¿Por qué tendré que haber abierto el hocico? Ay, diario, que ahora nos toca a Orión y a mí salir a correr cada mañana. Con el primer paseo, sin que aún haya salido el sol y con el fresquito que se te enrosca en las patas con cada zancada… Sólo nos falta ir escuchando música.
Ya sabes que estoy a favor de las carreras, yo misma soy incapaz de estar dos segundos quieta en cuanto piso la calle. Pero eso no significa que me guste ir corriendo y sin tener apenas tiempo de detenerme en una farola, mi dueño estira de la correa como si fuera él el Husky. Y claro, así no hay manera de aflojar la vejiga, esta mañana tuve que hacerlo por tiempos. Volvimos tan rápido a casa que no cogimos ni frío. Aunque sí que hemos cogido agujetas, ahora mismo siento unas punzadas en la tripa. Ah, no, que es hambre…
One thought on “Diario de una vida de perros: a la carrera”